Te caíste a causa de tus pecados, oh Israel

Ricardo Claure Peñaloza PODCAST

“El Señor Jesús ahora está llamando a través de este mensaje, está llamando a tu vida ahora. Te dice: “Vuelve, oh, Israel”.

“Israel”, significa: “el que lucha con Dios”. Israel tenía antes el nombre de Jacob, y luchó con Él hasta conseguir bendición. Y es lo que el Señor quiere de tu vida, que tú luches. No puedes dejarte amilanar, no puedes retroceder después de haberlo conocido al Señor, tú tienes que permanecer en Él. Por eso Él ahora te está llamando a través de este mensaje.

Si has caído de los lugares celestiales, si has dejado la vida espiritual, si has dejado el Reino de los cielos con todas las cosas profundas de Dios, y nuevamente has estado sumergiéndote en las cosas terrenales, en las cosas de este mundo; debes darte cuenta que el Dios Eterno, el Dios de Israel te está llamando. El Dios Todopoderoso está queriendo que tú estés nuevamente en su Presencia.

Puedes estar allí en el cuerpo, pero con el corazón lejos de Él. Puedes estar con el cuerpo en un lugar cristiano, pero tu corazón puede estar lejos de Él, con la mente en otro lugar, con la mente extraviada, con la mente difusa. Y es por ello que el Señor ahora te está llamando, y te hace ver que la caída es como producto del pecado. La caída de los lugares celestiales es como producto del pecado que sale del corazón, del corazón del alma. Esas obras de la carne que forman parte de tu carácter: la mentira, el engaño, la malignidad, la murmuración, la crítica, el juicio y todo aquello que tú experimentas en tu vida cotidiana.

—¡Pero yo soy así!, ¡es mi carácter, es mi forma de ser! —podrá decir alguno.

Pero tú necesitas cambiar, tú necesitas darle muerte de cruz a esos aspectos de tu carácter, de tu vida; de otra forma siempre, constantemente estarás cayéndote de la Presencia de Dios y sumiéndote ahí en un lugar de tormento, de desconsuelo, de desilusión, de depresión, de desesperación, de zozobra.

Lo que el Señor quiere es que tú recibas no simplemente el entendimiento, el conocimiento de la mente de su Palabra; sino el conocimiento revelado espiritual en tu propio espíritu. De tal forma que esta Palabra sea Vida en tu interior, que esta Palabra sea una realidad espiritual”.

Pr. Ricardo Claure Peñaloza